Why I always remember...? [pv Alice]

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Manzanas. Seguro que a Alice le gustaran estas manzanas rojas.
Fue lo que pensaba mientras compraba tan deliciosa fruta en el mercado a una anciana muy amable. Ojala le gustaran a Alice...seguro que a Lacie también el gustarían...
Paré en seco cuando ese pensamiento paso por mi mente. Porque...porque tenía que hacerme esa pregunta siempre que iba a visitar a la pequeña de cabellos morenos y ojos violeta? Porque tenía que pensar siempre en Lacie? Porque no en otra persona? Porque...

Las manzanas que estaban con cuidado puestas en una bolsa reciclable de papel marrón cayeron de mis manos contra el suelo extendiéndose por los adoquines del suelo dejándome como petrificado entre el ajetreo de la ciudad de Sablier.

Porque? Porque? Porque?

Hubiera preferido mil veces que aquellas cadenas me hubieran tragado a mi en vez de ella...y encima...encima Oswald decía que había desapareció, que yo no existía, que había dejado de existir...como podía decir eso!? Ella seguía viva...yo podía sentirlo...ella estaba en el Abyss...enterrado entre sus sombras, cerca del núcleo...estaba segura...tenía que ser de esa forma...yo...yo la rescataría.
Sabía que no era un héroe, sabía que nunca lo sería, pero yo quería recuperarla...ella era mi única razón de vivir...la única persona que me había dado una razón para aferrarme a lo que los humanos llamaban vida, de no haber sido por ella...no querría imaginar donde estaría...

Yo...yo se lo debía todo a ella.

Mi mano fue hasta uno de los pendientes de color rojo a la vez que cerraba los ojos pudiendo notar el tranquilo latido de corazón de la morena. Ella siempre estaba conmigo...aunque no pudiera verla, aunque no pudiera tocarla, oler su característico olor...ella estaba a mi lado siempre...siempre cerca de mi oído diciéndome lo que tenía que hacer.

Fue en ese momento de inmenso placer cuando alguien chocó contra mi haciéndome volver a la realidad. Era un simple niño. Se arrodillo y pidió disculpas para después darse cuenta de con quien estaba hablando. Jack Vessalius, uno de los hijos del conde Vessalius, el tercero en sucesión. Volvió a pedir disculpas a pesar de que insistí que no importaba, que todo estaba bien. Después se marchó corriendo dejándome solo...
Solo...otra vez.
Solo como lo había estado antes de conocer a Lacie.
Por un momento cuando había salido corriendo el muchacho me había parecido que me había atravesado como si yo únicamente fuera como un fantasma...
De nuevo volvía a experimentar todos aquellos sentimientos de vacío que Lacie me había hecho olvidar...
Esos huecos que ella rellenaba por mi con tan solo sonreír.

Volví a comprar manzanas, ya que las otras se habían echado a perder y esta vez me dirigí lo más pronto posible hacia la mansión Baskerville.

No obstante, como era natural, mientras atravesaba el bosque me asaltaron las dudas. Con que humor encontraría hoy a Alice? Le agradarían las manzanas como de costumbre o diría que no le gustaban? Correría con su sonrisa hacia a mi a abrazar o simplemente fingiría ante mi? El gato la rechazaría o estaría en su regazo?
Nadie podía saberlo, pero no importaba...ella era Alice, la cosa más parecida a Lacie que había encontrado, una persona...que a pesar de sus virtudes y defectos tan parecidos a los de la primera morena, no daba rellenado mi soledad ni el vacío de mi interior.

Me metí por uno de los oscuros pasadizos que de costumbre usaba para meterme en la mansión sin ser visto, aquellos pasadizos que Oswald me enseñaba y otros que yo había ido descubriendo por cuenta propia para sorprenderles.
Apresuré mi paso por el pasadizo hasta que finalmente llegué a la salida. Sujete la bolsa de las frutas con mi boca y levanté la baldosa que daba a uno de los pasillos de la mansión encontrándome con los ojos rosados de Lotti sobre los míos haciendo que casi soltara del susto la bolsa.

Salí del agujero sacudiendo levemente mis ropas y antes de desparecer corriendo de allí solo pude decir con una sonrisa- Hi Lotti-chan, pasa un buen día- y salir corriendo lanzando un beso al aire viendo como se sonrojaba y me gritaba “Tarado” justo cuando doblaba la esquina sin dejar de correr hacia el torreón donde me esperaba Alice.

Cada vez que hacía ese recorrido sentía como mi corazón se aceleraba, y no precisamente por correr, si no por ver lo que se encontraba arriba del torreón, atravesando esa puerta de madera que tantas veces había atravesado...encontrando después con una figura femenina, ni muy alta ni muy delgada, todo en su justa medida, una figura con cabello oscuro como el carbón que poco a poco se volteaba a mirar con una amplia sonrisa en el rostro mirándome a través de esos ojos carmín que yo amaba.

Abrí la puerta y volví a encontrarme el mismo panorama. Mis labios se entreabrieron a punto de decir el nombre de aquella que no debía de ser nombrada, pero en cuanto se giró y pude ver sus ojos violetas me contuve y solo pude decir:

-Alice, ya estoy aquí-

Sonreí ampliamente abriendo mis brazos esperando que como siempre viniera corriendo hacia a mi...con esos ojos enormes, brillantes, centelleantes...ese hermoso rostro...esa linda expresión...que solo ponía para mi.


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Tal y como era de esperarse, la niña corrió hacia ami abrazándome con sus brazos haciendo que yo hiciera lo mismo sintiendo su calor como cada día lo hacía...en vedad era agradable sentir esa clase de calor. El calor de un cuerpo humano en vez del de una chimenea. El primero era mucho más agradable, mucho más sentido, mucho más complejo y uno que con muy poco se podía destruir.

-Oh?-solo pude decir cuando se separo de mi empezando a hacer miles de preguntas tomando las manzanas casi sin hacerles caso a lo que reí incorporándome para ir hacia donde estaba ella fijándome en que no era la de siempre, pero estaba bien con eso a pesar de que en sus ojos podía ver como resplandecía su odio hacía mi por haber destruido su peluche de Oz al ver los últimos sentimientos que Lacie tenia para mi-espero que te gusten las manzanas-continué sonriendo-pensé que te gustaría que te trajera algo del exterior-observé la bolsa que probablemente se pudriría encima del escritorio. Ella jamás las comería. Quizás por miedo a que estuvieran envenenadas.
No estaba muy seguro de que gustos tenía esa Alice, al fin y al cabo apenas pasaba tiempo con ella. Más bien era la otra Alice la que me simpatizaba más a pesar de que trataba a ambas con el mismo cariño. Pero por alguna extraña razón, no sabia porque sentía que la “oscura” Alice algún día me traicionaría y dejaría de poner esa expresión tan adorable que ahora ponía para mi. Aunque sinceramente no la culpaba, pues yo también las traicionaría en cuanto pudiera si con eso podía traer a Lacie de vuelta. Traicionaría incluso a Oswald, mi mejor amigo, si con ello la traía de vuelta a mi lado.

Pero aun no podía dejar que mi mascara se quebrara. No podía dejar que nadie descubriera mi malvado plan. No podía dejarse entrever nada. Solo debía de seguir sonriendo un poco más. Solo un poco más, seguir con la farsa hasta el final para tener a la única persona que me importaba a mi lado. Si Lacie vivía, si Lacie volvía, yo no necesitaba nada más. Ni amigos, ni madre, ni padre, ni hermanos, nada, nadie que me amara, con tal de que ella estuviera a mi lado. Incluso aunque me odiara estaría bien si era ella quien lo hacía. Mientras yo siguiera a su lado nada me importaba. Tampoco morir si ella era mi verdugo. Mi vida le pertenecía. Yo solo era su herramienta, su instrumento, su batuta de los vientos que se movía a su voluntad.

Aun podía recordar el dibujo que había hecho Alyss para mi hacia un par de días.
En el dibujo aparecíamos Oz, Oswald y yo. Era adorable, realmente adorable, aunque el nombre de su hermano estaba mal escrito. Eso me había hecho soltar una risita. En verdad Revy le había insistido demasiado en que Oz era con “z” que ahora creía que ambos nombres eran con “z”. Realmente adorable, incluso lo había corregido y todo!
Ver mi figura así de deformada, ser visto así por los ojos de Alice con una amplia sonrisa y esos ojos tan verdes, esa cabellera tan rubia, esa expresión tan pura, sin un poco de rojo...se me hacía raro creer que fuera así. Pero era su dibujo, no podía cambiar nada. No obstante, al verme así deformado, tan poco definido, me hacía recordar aquellos tiempos felices en los que Lacie aun estaba a mi lado. Esa tarde cuando Oswald me había dicho que yo era como el agua donde podías ver tu reflejo pero no se podía ver el fondo. Quien era en realidad?
Tenía que dejar de pensar en eso y solo seguir adelante. Yo era la nada misma.


-Que te parece si en vez de contarte algo del exterior me dices que quieres hacer hoy? Jugar al escondite? Jugar al pilla pilla o quizás quieres que nos escapemos de aquí sin decirle nada a Oswald?-sonreí divertido poniendo un dedo sobre mis labios indicándole que era un secreto-haremos lo que quieras-continué manteniendo la sonrisa-no sería bueno que te quedaras aquí encerrada cuando estoy aquí para llevarte a ver el mundo exterior-continué hablándole a pesar de que pensé que siendo quien era quizás se lo dijera a Oswald y por eso me llevaría una reprimenda-o quizás quieres que te enseñe a tocar el piano? Solo dime lo que quieres y yo lo haré posible por ti-le di un pequeño toque en la nariz.

Haré todo lo que este en mi mano por complacerlas...todo lo que sea antes de llevarlas al matadero.
Mi alma sonrió malvadamente .

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Hablaba mucho… No, no era eso, en realidad le molestaba escucharlo, le molestaba verlo, le molestaba su sola presencia, pero aun así se limitó a responder, mientras le daba la espalda y tomaba de nuevo el paquete

-Gracias por el presente…-A Alyss le encanta - Me encanta tener cosas del exterior-

Desempacó las manzanas, no le gustaban, eran frías, al morderlas eran duras, húmedas dulzonas, con una textura muy diferente a la carne .Las coloco en la vasija que había sobre la mesa una por una, no lo hacía porque fuera ordenada , sino porque sabía que no tardaría mucho en cambiar de lugar con Alyss, ya había discutido con ella, si no las quería comer, al menos las debía dejar donde Alyss las pudiera encontrar, más de una vez las había dejado podrir en algún rincón de la torre y Alyss le advirtió que si se repetía, ella haría lo mismo con la carne y Alice no quería que le dejaran de dar carne, era lo que más amaba comer y lo que más le encantaba hacer cuando estaba fuera del Abyss, no comprendía como Alyss podía preferir las manzanas en lugar de la carne .

Regresó a la realidad, recordó que no estaba sola así que giro su mirada de nuevo a Jack. Lo miraba intensamente, no podía relajarse frente a el por más que intentara, al parecer él le seguir ira la corriente también. Miro durante un par de segundos mientras meditaba su respuesta.

Jugar al escondite, tocar al piano, todo lo demás que él le ofrecía, no le llamaba la atención, tal vez por que provenían de el, si fuera otra persona, tal vez no se negaría, … ella solo quería comer carne y quedarse en paz, si por ella fuera, sacaba a las patadas a ese tipejo de la torre …Apretaba sus puños y recordaba lo que le había prometido a alyss, ellas estaban solas, solo se tenían la una a la otra y después de ver como el peluche de Oz había desaparecido, no quería que Oz desapareciera por completo o que su hermana lo hiciera, no quería quedarse sola y mucho menos quería él se saliera con la suya de nuevo.

Ella no quería que él la lastimara de nuevo, así que lo pensó mejor, acercarse a él, era la mejor forma de saber que pretendía hacer, así podría proteger a Oz y a Alyss.

Antes habría rechazado todo de él, incluso le hablaría a Oswald de sus intenciones de sacarlas, pero siendo ella, si ella era la que salía y no Alyss no habría riesgo y aunque no era como Alyss que se sorprendía con cualquier cosa, no le desagradaba la idea de conocer un poco más afuera

Sintió el toque en su nariz y se estremeció levemente, no se acostumbraba a que la tocara, le habría mordido el dedo de inmediato si pudiera, sentía repulsión al recordar el sacrificio en vano de Oz pero debía enfocarse, no podía mandar todo al infierno por su orgullo

Oz, todo lo hacía por él, la única víctima de este tipo, el único quien lo compadeció y se sacrificó para entregarle los últimos recuerdos de Lacie y esta persona, nunca valoró su sacrificio
No lo merecía, él no lo merecía Oz no merecía haber perdido su cuerpo y Jack no merecía que Oz le diera esos recuerdos, Jack debía quedarse como estaba sin nunca saber de esos recuerdos, pero así sucedió y ella no quería que sucediera algo peor, su hermana no lo entendía, ella estaba embelesada por él y ella debía pararlo. Respiró de nuevo y tomó fuerzas.

Difícilmente logró articular -Bueno… si me prometes que no le dirás nada a Oswald… me encantaría ver que hay más allá de estas paredes- Caminaba hacia el balcón que le permitía ver el horizonte, el enorme cielo que cambiaba de color en el cual flotaban juguetonas nubes y se podía apreciar un hermoso paisaje digno de ser retratado, a lo lejos volaban las aves y se escuchaba el barullo de algunos animales - siempre he visto los arboles desde arriba, pero nunca desde el suelo- Tragaba profundamente y cerraba sus ojos con fuerza, respirando profundamente tratando de aparentar calma y no desagradado ante lo que iba a decir y hacer

-Jack… por favor, me podrías llevar afuera- se había girado y lo enfrentaba de nuevo, con una sonrisa en su rostro trataba de decir de la forma más natural que podía aunque se notaba su esfuerzo en sus puños que apretaba, disimuladamente sobre su falda, como si fuera a correr en cualquier momento.

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Todo en ella era extraño y si al principio no lo tenía muy claro ahora confirmaba mis sospechas. Era la oscura Alice, esa que le gustaba jugar con todos, con lo que fuera, esa que por alguna razón prefería a su tío que a mi. A su tío quien había mandado al abismo a Lacie. A su tío que era...era...mi mejor amigo.
No dije nada, solo me limite a seguir sonriendo dejando que mis ojos siguieran a su figura andante por la habitación con infinita gracia-seguro que le gustarán Alice, gracias por guardarlas para ella, para la próxima vez también te traeré carne a ti-revolví su cabello como si eso fuera un premio.

Las palabras de Alice me sorprendieron, no imaginaba que fuera a pedirme de aquella forma que la llevara al exterior. No se suponía que tanto asco me tenía? Pero bueno, se suponía que los niños eran así de alegres y caprichosos, no como yo lo había sido. Además ellas estaban encerradas en esa torre, no conocían la maldad de los hombres, ni si quiera lo que era sangrar.
Pero así era mejor. Supongo que así era mucho mejor. Y a pesar de su inocencia podía mirar como cada vez que me descuidaba me lanzaba una mirada asesina y acusadora con un mensaje escrito “tu mataste a Oz”.
En verdad aquel conejo de peluche era extraordinario, era casi impensable que dentro de él hubiera alguien escuchando a Alice concediéndole todos sus caprichos, todo lo que ella pedía. Era casi imposible pensar que algún día aquel peluche podría levantarse y empezar a matar a todos...
Una idea cruzó por mi mente a la vez que recordaba aquella figura siniestra que nos había protegido a Lacie y a mi aquella vez cuando nos vimos envueltos en esa pelea con los bandidos, acaso Oz podría ser algo así? Como lo había llamado Oswald a eso? Una...una cadena? Una chain? Acaso ese conejo de peluche era el mismo ser que Lacie ocultaba, solo que ahora tenía una forma física con aspecto de inocente peluche?

Por unos segundos me quede contemplando la imagen visual de Oz en mi cabeza absorto en aquellos pensamientos hasta que Alice me hizo volver a la realidad piano-esta bien Alice, como quieras, iremos a la ciudad entonces-cerré los ojos curvandolos animadamente hacia arriba sonriendo para después agacharme a su altura flexionando las rodillas-sera nuestro secreto si?-sonreí con picardía y diversión colocando un dedo sobre mis labios indicando que yo no contaría nada y que ella tampoco debía hacerlo. Si se enterara su tío solo Dios sabría lo que pasaría. Lo más probable es que acabara muerto y no deseaba eso, no de momento. Aun tenía mucho que hacer.
Tomé la mano de Alice y la cargué entre mis brazos descendiendo de la torre vigilando que nadie nos viera.

Que tantos secretos podía guardar alguien que estaba encerrada en una mansión sin comunicación con el exterior? Es cierto que Revy y Oswald podían contarle cosas del exterior, pero ambos siempre habían preferido mantenerla completamente aislada de la sociedad y todo lo que esto implicaba. Solo pensaban en protegerla como su mas valioso tesoro al contrario que habían hecho con Lacie. Con su tan preciada Lacie...
Mis puños se cerraron fuertemente al igual que mis dientes chocaron los unos contra los otros haciendo presión. No podía entender el porque de eso. Solo porque era una niña del infortunio ya le habían hecho eso? Acaso eran tan supersticiosos? No podían ver lo que yo había visto en ella? Toda la luz que irradiaba? Toda su amabilidad y generosidad? Todo lo que Lacie era? De verdad solo se habían fijado en su aspecto físico? De verdad?
Me daban asco...
Todo lo que había hecho ella por ellos y así la habían tratado? Arrojándola como un cerdo al matadero, sin contemplaciones, sin pensar nada más y ahora encima Oswald no quería ayudarme a traerla de vuelta. Porque? Porque siempre recibía negativas de su parte? Porque no decía que si? Acaso no quería volver a ver a su hermana? Porque siempre decía que estaba muerta? Que había desaparecido?
No, ella seguía allí, cerca del núcleo, cerca del calor del Abyss, ella tenía que seguir existiendo porque cuando su luz dejara de brillar, yo, estaba seguro de que moriría con ella. Al fin y al cabo mi vida le pertenecía. Yo no era nada sin ella...



Lacie...
Solo podía pensar en ella...
A pesar de tener ahora a su hija delante de mis ojos...solo podía seguir pensando en ella...para traer de vuelta a mi esperanza...la cual había desaparecido y ni si quiera había dejado desesperanza en mi interior...
Era como si jamas hubiera existido...
No me había dejado absolutamente nada...nada para recordarla...nada para sentir que ella seguí existiendo...que aluna vez lo había hecho...

No.
Tenía sus pendientes...sus rojos pendientes.
Nuestros pendientes.

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Asentía cuando él le pedía que fuera un secreto, obviamente a ella tampoco le convenía que los descubrieran, ella quería saber lo que más pudiera sobre Jack, todo con el fin de proteger a su hermana. Veía como se le acercaba “solo me tomará la mano, debo resistir el impulso de rechazarlo “se decía a sí misma, el hecho que la tocara le provocaba nauseas, como podría dejarse tocar por  ser tan despreciable como el, pero todo empeoró cuando no la sujeto de su mano, sino que la levanto firmemente. Alice habría preferido que la tragara y escupiera una chain, no soportaba su contacto y esto  era lo peor que podría pasar. Tragó saliva se resignó pero por un segundo la repulsión que sentía desapareció.

Ahí estaba de nuevo esa extraña calidez que su cuerpo emanaba, la conmocionaba  de cierta forma ya que estaba acostumbrada a sentir el frio de la muerte que despedían algunas chains o en su defecto el calor  infernal abrasador de otras, en cambio un cuerpo humano emana un calor agradable, lo sabía por qué unas cuantas ocasiones había compartido abrazos con su hermana y lo que más le sorprendía es que hasta un ser despreciable como Jack también  transmitiera esa sensación.

Regresó a la realidad, se fijó que inconscientemente se había aferrado a Jack, pero no le presto mucha atención, estaba atenta a la expresión del rostro de aquel sujeto, se le veía muy concentrado para ser solo un descenso y su seriedad rayaba con su imagen juguetona y empalagosa que solía tener siempre, -“Acaso estará planeando algo”- Pensó Alice, debía tener más cuidado, algo tramaba y sabía que no era nada bueno para ella.

Debía estar alerta más que nunca, estarían en terreno desconocido para ella y no estaría cerca de Oswald o de Revy quienes la podrían proteger de Jack, estaría vulnerable ante él como una pobre alma enfrente de una hambrienta Chain, pero ella lo había pedido, de otra forma no podría ver al verdadero Jack, libre del confinamiento de la torre y de  la vigilancia de Oswald.

Alice por si sola no se habría dado cuenta de ella  fue su hermana quien era más detallista se lo había mencionado una vez

-Pobre Jack, no puede visitarme a gusto ya que siempre tio Oswald lo vigila, el dice que si estuviéramos solos, podríamos comer manzanas y jugar a gusto afuera libre del tio gruñon-suspiraba Alyss mientras peinaba una de sus muñecas- No es justo-

-Pfff otro día lo verás - Alice no le prestaba mucha atención a su hermana

Justo después de eso había sucedido el sacrificio de Oz y poco a poco comenzaba a entender el significado de aquellas palabras.

Se escuchó una voz y de repente observo como ágil mente Jack se ocultó junto con ella, y al evitar a quien se acercaba suspiró- Estuvo cerca…- susurró, si ella hubiese intentado escapar sola no o habría conseguido, no conocía nada más aparte de la torre e ignoraba lo que se encontraba allí afuera, el mundo le parecía muy complejo.

Habían logrado estar fuera de la torre y por fin Alice pudo observar como era el suelo,el cual era de diversos colores y texturas verde, negro, nada como el inexistente y etéreo suelo del abyss. La luz se colaba entre las frondosas hojas de los arboles creando un espectáculo de luces y sombras sobre el cesped. Observo que los arboles eran diferentes a como los había imaginado, arriba eran verdes y suaves, por debajo largos, sólidos y cafés, vio corretear una ardilla, le recordó a uno de los peluches de su hermana, era todo lo contrario a una chain, diminuta, suave y miedosa. No estaba segura si ese era su destino final ya que Jack aun no la bajaba al suelo , irían mas lejos tal vez?