Illusion of a cruel joke [Priv. Vincent]
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Illusion of a cruel joke [Priv. Vincent]
Aburrimiento. Qué gran dolor podía resultar a veces… aunque dolor no sería la palabra exacta. Molestia. Era molesto, excesivamente molesto. Tanto como para tomarse la molestia de querer deshacerse de él, valga la redundancia. Y en ese momento era el objetivo de aquel de cabellos avinados, siendo sólo contrastados por el brillante color anaranjado de sus iris que, en dicho instante, solo tenían un tenue brillo de insatisfacción. Se aburría…vaya que si se aburría. Aquel lugar de continua oscuridad y destartalado como si de una mera habitación de juguetes rotos hubiera sido abandonada ya no le ofrecía ningún tipo de entretenimiento. Todo era…monótono, vulgar…igual.
El humor del zorro empeoraba por momentos, reflejado en su rostro únicamente por un leve fruncido en su entrecejo. Quería irse de allí…quería molestar a alguien de la misma manera que el aburrimiento estaba jugando con su persona a su antojo…quería destrozar ese momento de completo y absoluto aburrimiento y silencio. Así que…bueno…para él realmente era sencillo hacer aquello. Solo…tenía que irse de allí. Por ello, y a pesar de que en su expresión seguía habiendo rastros de su molestia, una tenue y sutil sonrisa se asomo en sus labios, haciendo curvar la comisura de los mismos antes de…desaparecer de aquella continua oscuridad.
¿Dónde había aparecido? Esa era una gran pregunta que, a pesar de que su rasgada y afilada mirada intentó buscar la respuesta, no la halló…o al menos en aquel momento. Si, veía árboles, arbustos…una cantidad bastante cuantiosa de rosales de pétalos oscuros… Quizás alguien de aquella época hubiera reconocido al instante aquel jardín y la mansión que se encontraba en ese momento a espaldas de él, pero… para alguien como Shin que el tiempo transcurría sin control ni efecto sobre su cuerpo, aquel era un lugar completamente desconocido. Claro que…sólo tenía que descubrir dónde se encontraba. Un tenue suspiro escapó de sus labios a la par que algunas de sus colas se agitaron con suavidad en una onda blanquecina a su espalda, y tras alzar una de sus manos para posarla sobre una de aquellas colas que estaban sobre su hombro, volteó su rostro para observar de reojo el destacable edificio. – Me pregunto…si realmente habrá algo interesante en ese lugar o sólo serán insectos que ignorar –susurró con suavidad en un descarado y casi arrogante comentario, aunque fue solo dirigido a sí mismo mientras su rostro mostraba una leve sonrisa ladeada. Y sin más… comenzó a caminar en un andar calmado pero ante todo silencioso. Aún no sería interesante que le descubrieran.
Siguió deambulando por aquel lugar sin encontrar nada o nadie con quien, al menos, pasar el rato antes de que su cuerpo comenzara a sentir los efectos de estar en aquella dimensión, acabando por hacer que un nuevo suspiro, esta vez de decepción, acudiera a sus labios mientras sus párpados se cerraban con suavidad. En verdad… ¿no había nada con lo que entretenerse? ¿Ni siquiera un mero ratón? Pero justo cuando aquel pensamiento aun estaba flotando en su mente, una tenue brisa legó a su lado, agitando con suavidad su cabello rojizo y haciendo que alzara una de sus manos parcialmente cubiertas por la manga de sus ropajes para evitar que se interpusiera en su rostro. Y junto a aquella brisa…un peculiar olor acudió. Era…¿un ratón? Estaba entremezclado con otro bastante más peligroso, pero…sin duda que uno de ellos fuera un ratón le causó cierta diversión. Vaya…había encontrado un ratón~
Por ello, y aprovechando que la brisa aún no se había detenido, se dirigió hacia aquello de donde proviniera esos olores… aunque no tardó en divisar a lo lejos una figura humana. ¿Un contratista? ¿Acaso tenía dos contratos? Observó aún en la lejanía, oculto tras un árbol, a aquel joven de cabellos dorados y… ¿tenía ojos bicolores? Vaya…uno de ellos era rojo. Interesante… ya que el zorro había conocido la época en la que dichos ojos eran considerados de la desgracia, le pareció un detalle interesante. ¿Quién será ese humano? Y lo más importante…¿cómo podría jugar con él~?
El humor del zorro empeoraba por momentos, reflejado en su rostro únicamente por un leve fruncido en su entrecejo. Quería irse de allí…quería molestar a alguien de la misma manera que el aburrimiento estaba jugando con su persona a su antojo…quería destrozar ese momento de completo y absoluto aburrimiento y silencio. Así que…bueno…para él realmente era sencillo hacer aquello. Solo…tenía que irse de allí. Por ello, y a pesar de que en su expresión seguía habiendo rastros de su molestia, una tenue y sutil sonrisa se asomo en sus labios, haciendo curvar la comisura de los mismos antes de…desaparecer de aquella continua oscuridad.
¿Dónde había aparecido? Esa era una gran pregunta que, a pesar de que su rasgada y afilada mirada intentó buscar la respuesta, no la halló…o al menos en aquel momento. Si, veía árboles, arbustos…una cantidad bastante cuantiosa de rosales de pétalos oscuros… Quizás alguien de aquella época hubiera reconocido al instante aquel jardín y la mansión que se encontraba en ese momento a espaldas de él, pero… para alguien como Shin que el tiempo transcurría sin control ni efecto sobre su cuerpo, aquel era un lugar completamente desconocido. Claro que…sólo tenía que descubrir dónde se encontraba. Un tenue suspiro escapó de sus labios a la par que algunas de sus colas se agitaron con suavidad en una onda blanquecina a su espalda, y tras alzar una de sus manos para posarla sobre una de aquellas colas que estaban sobre su hombro, volteó su rostro para observar de reojo el destacable edificio. – Me pregunto…si realmente habrá algo interesante en ese lugar o sólo serán insectos que ignorar –susurró con suavidad en un descarado y casi arrogante comentario, aunque fue solo dirigido a sí mismo mientras su rostro mostraba una leve sonrisa ladeada. Y sin más… comenzó a caminar en un andar calmado pero ante todo silencioso. Aún no sería interesante que le descubrieran.
Siguió deambulando por aquel lugar sin encontrar nada o nadie con quien, al menos, pasar el rato antes de que su cuerpo comenzara a sentir los efectos de estar en aquella dimensión, acabando por hacer que un nuevo suspiro, esta vez de decepción, acudiera a sus labios mientras sus párpados se cerraban con suavidad. En verdad… ¿no había nada con lo que entretenerse? ¿Ni siquiera un mero ratón? Pero justo cuando aquel pensamiento aun estaba flotando en su mente, una tenue brisa legó a su lado, agitando con suavidad su cabello rojizo y haciendo que alzara una de sus manos parcialmente cubiertas por la manga de sus ropajes para evitar que se interpusiera en su rostro. Y junto a aquella brisa…un peculiar olor acudió. Era…¿un ratón? Estaba entremezclado con otro bastante más peligroso, pero…sin duda que uno de ellos fuera un ratón le causó cierta diversión. Vaya…había encontrado un ratón~
Por ello, y aprovechando que la brisa aún no se había detenido, se dirigió hacia aquello de donde proviniera esos olores… aunque no tardó en divisar a lo lejos una figura humana. ¿Un contratista? ¿Acaso tenía dos contratos? Observó aún en la lejanía, oculto tras un árbol, a aquel joven de cabellos dorados y… ¿tenía ojos bicolores? Vaya…uno de ellos era rojo. Interesante… ya que el zorro había conocido la época en la que dichos ojos eran considerados de la desgracia, le pareció un detalle interesante. ¿Quién será ese humano? Y lo más importante…¿cómo podría jugar con él~?
Shin Shiranui- Chain
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Re: Illusion of a cruel joke [Priv. Vincent]
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Pesadillas. Pesadillas. Pesadillas. Pesadillas. ¿Cuantas veces había sido despertado por lo mismo? Desastres, tragedias, mala fortuna, desgracia... ¡¿Qué culpa tenía él?! Despertó sobresaltado, mas no tardó por que una maliciosa sonrisa se apoderara de su desconcierto, en la penumbra de la habitación, donde degollados peluches habían encontrado su tumbas, frías, olvidadas... ¡¿Quién lloraría por ellos?! Él los había quitado la vida y aun así, estaba seguro que todos le agradecerían el no dirigir su rabia a seres vivos ¿verdad?. ¿Pero qué serviría en aquél momento para calmar su alterado corazón? Su hermano no estaba con él para que su simple voz causara que sus labios se curvaran en una genuina sonrisa y todo peluche ya estaba tendido en el suelo dividido en varias partes. Suspiró con frustración y a paso lento bajó de la cama, encaminándose hacia la puerta, la cual abrió y salió sin preocupación alguna. No había nadie, a parte de los sirvientes quienes ya estaban acostumbrados a él y su extraño estado de humor, de cierta forma lo agradeció y callado, intentando recuperar su usual sonrisa siguió caminando por los pasillos de la mansión con una extraña seguridad. Finalmente llegó hasta el final de su travesía y con un simple gesto abrió la puerta que conducía a los jardines de la mansión, cerrando detrás de si una vez pasó. La brisa lo despejó o al menos, le ofreció la oportunidad de restablecer un poco su humor, tras un pesado suspiro comenzó a vagar sin rumbo fijo, aunque estaba casi más que seguro que sus pasos le llevarían hasta el jardín de rosas azules que tanto había comenzado a amar por unos motivos... Quizás banales pero importantes para él. Permaneció quieto, inmóvil, con sus orbes bicolores observando fijamente aquellos rosales, como si ese simple hecho podría desvelarle una enorme verdad, invisible hasta ese momento para sus ojos. Pero no había nada, nada más que imágenes de un pasado lejano que revivían con fervor en su mente, una detrás de otra, amontonándose, provocando un deseo inimaginable de destruirlas.
Eran parte de él, cargaría con toda la culpa... Pues lo era ¿no? Aun cuando su deseo había sido sin duda alguna el de salvar a su hermano... ¡Pero como si realmente cargara con la calamidad solo había provocado que todos cayeran! ¿Cómo pensar que no era culpable a tal extremo? ¿Acaso Gilbert no habría vivido una vida mejor sin su compañía? Si una persona maldita como él nunca habría nacido... ¿Acaso de esa forma su hermano no habría vivido en la luz sin necesidad de sufrir? Era él aquél odiado, por su culpa todo había sucedido... Desde el principio de todo... ¿Llorar? ¿Desesperarse? Se había dado cuenta que por muchas lágrimas que surcaran sus orbes nadie se apiadaría de él, nadie dejaría de odiarlo, solo porque... Su ojo era rojo sangre... Un nuevo suspiro interrumpió el silencio que se había formado a su alrededor y sin mucho preámbulo volvió a dar media vuelta, alejándose solo unos cuantos pasos de aquél jardín para apoyar su espalda en el tronco de un árbol con pesadumbre. —Ah...— Se quejó suavemente, dejando que su rostro se levantara hacia arriba, observando las hojas balancearse por el viento... En un suave y lento movimiento. ¿Hacía cuanto tiempo su hermano no lo visitaba? Si bien podía verle de vez en cuando en Pandora, seguía siendo su trabajo, su hermano ya no visitaba la mansión más que para preguntarle cosas... ¿Lo estaba utilizando? Quizás... ¿Lo molestaba? ¡Nada de lo que Gil haría podría molestarle! O al menos... él no lo demostraría, pues se sentía culpable y no dejaría que su presencia influyera demasiado en él, quería verlo feliz. —Quisiera la compañía de Gil...— Un quedo susurro cruzó el aire y se perdió en algún lugar lejano. ¿Le escucharían? ¿A él, un niño del infortunio? Seguramente la respuesta era negativa pero... Podía esperar, soñar como toda una persona normal... Y en aquél momento... Realmente deseaba poder estar en compañía de aquél pelinegro, de su querido y amado hermano mayor.
Vincent Nightray- Dueño del ojo del infortunio
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Re: Illusion of a cruel joke [Priv. Vincent]
Los suspiros y tenues quejidos viajaron por el aire con velocidad, acabando por llegar al fino oído del kitsune, el cual en su búsqueda de información sólo pudo pensar que pobre aquel ingenuo que iba a ser engañado por el de rojizos cabellos. Mas…aún tenía que encontrar algo con lo que poder comenzar aquel juego…el cruel juego de la manipulación y las ilusiones. Para Shin era muy sencillo coger entre sus manos los sentidos terrenales de los seres y manejarlos a su antojo…como un titiritero manejando una marioneta. Eran tan sencillo alterarlos hasta que creyeran ver aquello que la chain tenía en su propia mente…tan sencillo…
Por ello, cuando en vez de suspiros y quejas pasó a percibir un sutil susurro de aquel joven de ojos bicolor, puso toda su atención en aquellas palabras mientras aún se encontraba tras un árbol alejado varios metros de aquel donde estaba apoyado el contrario . ¿Compañía? Vaya… así que el muchacho estaba nostálgico… Eso era muy fácil de solucionar para sí. A veces… los humanos preferían ver una ilusión que la realidad, pues la ilusión tiende a ser aquella que desean, claro que…todo dependía de quien generaba dicho espejismo. Los humanos tendían a hacerse sus propias imágenes distantes de la realidad, vivir basados en un idealizado mundo o al alrededor de una persona demasiado correcta para su vista…el duro golpe era volver a la cruda realidad…a aquel cruel y despiadado mundo.
Ahora la cuestión era… ¿quién era Gil? Aquel nombre acortado le resultaba familiar… ¿dónde había escuchado ese nombre? Su mente comenzó a divagar entre todos aquellos recuerdos que atesoraba, ya fuera por puro interés…o por ser algo que era incapaz de olvidar. Mas no tardó en encontrar algo: ese extraño crío rubio. Ese niño que había conocido un día y que le había contado una peculiar historia del Abyss y de su vida… ¿acaso no había mencionado algo referido a algún Gil y del hermano del mismo? Sin una imagen previa, generar la ilusión a través de los recuerdos de la propia víctima era complicado…no imposible, pero complicado. Requería mucha concentración… ¿merecería la pena tomarse tantas molestias solo para incordiar a un chico? Podía hacer que aquel chico rubio creyera ser atacado por una plaga de murciélagos o incluso que tuviera la sensación de que hormigas iban invadiendo sus ropas, rasgando su piel con pequeños muerdos de las pinzas de esos pequeños seres… pero eso sería sencillo, demasiado sencillo. Pronto se aburriría de aquello. Bien… ¿entonces comenzamos?
Una tenue sonrisa traviesa se dibujó en sus finos labios momentos antes de estirar uno de sus brazos al frente, dejando escapar de su muñeca un par de finos y prácticamente invisibles hilos que, junto a aquella suave brisa que comenzaba a correr a su espalda, hicieron que se dirigieran directamente hacia aquel que aun estaba apoyado en el árbol. Y nada mas aquellos hilos rozaron al contrario…la ilusión se creó.
Aquel que en los recuerdos de ese joven debía ser Gil se formó sobre su propio cuerpo, haciendo que la apariencia del zorro fuera la de un joven de pelo ondulado y negro como el azabache, de brillantes y almendrados ojos y vestido con una gabardina negra y un sombrero oscuro…en resumen, la apariencia peculiar de la chain quedó oculta bajo la de aquel que se llamaba Gil. Ni siquiera se descuido de que el contrario se creyera que los hilos que habían rozado su mejilla y cuello eran solo meras hojas de los árboles, danzando en el viento… o supuestamente sería así para el de cabello dorado. Y convencido de que aquella ilusión se había cerrado alrededor de aquel humano como una manta envolvente… salió de su escondite. Aún recordaba características que aquel extraño niño le había dicho sobre su sirviente, aquel tal Gil, por lo que no sería complicado asumir esa personalidad.
Sus pasos se dirigieron hacia donde estaba el chico, y una vez quedó a su lado, le miró de reojo. Simplemente se le quedó mirando unos segundos antes de abrir su boca.- Vincent -¿se acordaba del nombre de aquel que tenía a su lado? Por suerte su memoria era buena, realmente buena cuando algo le llamaba la atención…y para que mentir, la historia que aquel niño le había contado se le había quedado en la mente como una peculiar narración.- ¿qué haces aquí?
Sutiles palabras salieron de sus labios, modificadas por aquella ilusión del kitsune para los oídos de el de iris de distinta tonalidad, y una suave sorpresa dejó que actuara sobre su rostro como una máscara…una máscara de teatro.
Por ello, cuando en vez de suspiros y quejas pasó a percibir un sutil susurro de aquel joven de ojos bicolor, puso toda su atención en aquellas palabras mientras aún se encontraba tras un árbol alejado varios metros de aquel donde estaba apoyado el contrario . ¿Compañía? Vaya… así que el muchacho estaba nostálgico… Eso era muy fácil de solucionar para sí. A veces… los humanos preferían ver una ilusión que la realidad, pues la ilusión tiende a ser aquella que desean, claro que…todo dependía de quien generaba dicho espejismo. Los humanos tendían a hacerse sus propias imágenes distantes de la realidad, vivir basados en un idealizado mundo o al alrededor de una persona demasiado correcta para su vista…el duro golpe era volver a la cruda realidad…a aquel cruel y despiadado mundo.
Ahora la cuestión era… ¿quién era Gil? Aquel nombre acortado le resultaba familiar… ¿dónde había escuchado ese nombre? Su mente comenzó a divagar entre todos aquellos recuerdos que atesoraba, ya fuera por puro interés…o por ser algo que era incapaz de olvidar. Mas no tardó en encontrar algo: ese extraño crío rubio. Ese niño que había conocido un día y que le había contado una peculiar historia del Abyss y de su vida… ¿acaso no había mencionado algo referido a algún Gil y del hermano del mismo? Sin una imagen previa, generar la ilusión a través de los recuerdos de la propia víctima era complicado…no imposible, pero complicado. Requería mucha concentración… ¿merecería la pena tomarse tantas molestias solo para incordiar a un chico? Podía hacer que aquel chico rubio creyera ser atacado por una plaga de murciélagos o incluso que tuviera la sensación de que hormigas iban invadiendo sus ropas, rasgando su piel con pequeños muerdos de las pinzas de esos pequeños seres… pero eso sería sencillo, demasiado sencillo. Pronto se aburriría de aquello. Bien… ¿entonces comenzamos?
Una tenue sonrisa traviesa se dibujó en sus finos labios momentos antes de estirar uno de sus brazos al frente, dejando escapar de su muñeca un par de finos y prácticamente invisibles hilos que, junto a aquella suave brisa que comenzaba a correr a su espalda, hicieron que se dirigieran directamente hacia aquel que aun estaba apoyado en el árbol. Y nada mas aquellos hilos rozaron al contrario…la ilusión se creó.
Aquel que en los recuerdos de ese joven debía ser Gil se formó sobre su propio cuerpo, haciendo que la apariencia del zorro fuera la de un joven de pelo ondulado y negro como el azabache, de brillantes y almendrados ojos y vestido con una gabardina negra y un sombrero oscuro…en resumen, la apariencia peculiar de la chain quedó oculta bajo la de aquel que se llamaba Gil. Ni siquiera se descuido de que el contrario se creyera que los hilos que habían rozado su mejilla y cuello eran solo meras hojas de los árboles, danzando en el viento… o supuestamente sería así para el de cabello dorado. Y convencido de que aquella ilusión se había cerrado alrededor de aquel humano como una manta envolvente… salió de su escondite. Aún recordaba características que aquel extraño niño le había dicho sobre su sirviente, aquel tal Gil, por lo que no sería complicado asumir esa personalidad.
Sus pasos se dirigieron hacia donde estaba el chico, y una vez quedó a su lado, le miró de reojo. Simplemente se le quedó mirando unos segundos antes de abrir su boca.- Vincent -¿se acordaba del nombre de aquel que tenía a su lado? Por suerte su memoria era buena, realmente buena cuando algo le llamaba la atención…y para que mentir, la historia que aquel niño le había contado se le había quedado en la mente como una peculiar narración.- ¿qué haces aquí?
Sutiles palabras salieron de sus labios, modificadas por aquella ilusión del kitsune para los oídos de el de iris de distinta tonalidad, y una suave sorpresa dejó que actuara sobre su rostro como una máscara…una máscara de teatro.
Shin Shiranui- Chain
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Re: Illusion of a cruel joke [Priv. Vincent]
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Se había dado ya por vencido, sabía que su deseo no se haría realidad. Había nacido con el ojo de un niño del infortunio, había llevado calamidad y desastre a todos aquellos que habían estado a su lado, había sido odiado por su mera existencia, como si del peor tabú de todos se tratara. Había causado una tragedia y había visto morir a centenares de personas por su deseo. Nadie cumpliría un deseo suyo tan egoísta como ver a su hermano. Podía pero haber ido a la mansión Rainsworth, donde seguramente su hermano se encontraría, junto a su querido amo Oz Vessalius. Pero, eso no cambiaría nada, no haría más que proporcionarle un poco de tranquilidad que desaparecería cuando volvería a estar en la oscuridad de su habitación, destrozando cualquier cosa que podía ser cortada, intentando matar aquellos sentimientos y aquellas memorias que lo carcomían por dentro. Un silencioso, cansino suspiro escapó de sus labios mientras levantaba su mirada al cielo nublado. Gris, como su estado de ánimo en aquél momento. El jardín era silencioso y, tan temprano en la mañana nadie se pasearía por allí, le daría tiempo a recuperar su estabilidad, a volver a dibujar una sonrisa en sus labios por muy mentirosa que fuera. Era un espléndido actor ¿Quién se daría cuenta que era solo mentira barata? No había necesidad que lo entendiera, que se acercaran, que lo hicieran cambiar de idea. Él no lo quería, él no lo aceptaría… No. Una de sus manos se levantó hacia su cuello y una pequeña mueca de desagrado se apoderó de sus labios ahora que estaba solo en aquél jardín. Las hojas eran molestas, todo por culpa del viento. Suspiró por quizás segunda o tercera vez y bajó su mano a un lado de su cuerpo.
Parpadeó, había escuchado una voz, terriblemente familiar pronunciar su nombre con aquél tono que él tanto amaba… Si solo pudiera decir su nombre con algo más de cariño… No, así estaba bien, el amable Gilbert de aquél momento estaba bien. Volteó su mirada, lentamente hacia la parte contraria y sus orbes se abrieron ligeramente más al notar aquella silueta tan conocida. Aquella suave sonrisa, aquél cabello tan particular. ¿Habían cumplido realmente su deseo? No importaba. En sus labios se dibujó una suave y genuina sonrisa, lejos de parecer fingida, una mentira como todas las que ofrecía a los demás. Su hermano era especial, las sonrisas que Vincent le obsequiaban a su vez eran sinceras, al menos, la mayoría. — Gil... —Rompió el silencio con su susurro. Se incorporó, dejó atrás el árbol y caminó hacia su él, permaneciendo a un escaso paso de su hermano. Juntó ambas manos detrás de su espalda y se inclinó ligeramente hacia el frente. — Eso debería preguntar yo, Nii-san... ¿Me necesitas para algo? Normalmente vienes solo cuando debes preguntarme algo. —Lejos de molestarse por ello, Vince realmente se alegraba de los escasos momentos que podía pasar en compañía de su hermano. — ¿No deberías estar con tú querido amo? —Pronunció de nuevo. ¿Un reprocho? ¿Un memorándum? Era complicado entenderlo. — Yo solo vine a tomar aire... —Respondió con calma, con una felicidad casi infantil por tener ante él a su hermano. ¿Por qué estaría allí? ¿Qué necesitaría preguntarle? Eso no importaba, sabía cómo manejar esas situaciones, como fingir no recordar. Solo lo quería a él cerca suyo en aquél momento. Entrecerró sus ojos de colores diferentes y mantuvo su vista fija en él, enderezándose mientras su sonrisa seguía danzando en sus labios. Lo había calmado, su presencia había tranquilizado su inquieto corazón, su dolor se había visto minorado, por el momento.
Parpadeó, había escuchado una voz, terriblemente familiar pronunciar su nombre con aquél tono que él tanto amaba… Si solo pudiera decir su nombre con algo más de cariño… No, así estaba bien, el amable Gilbert de aquél momento estaba bien. Volteó su mirada, lentamente hacia la parte contraria y sus orbes se abrieron ligeramente más al notar aquella silueta tan conocida. Aquella suave sonrisa, aquél cabello tan particular. ¿Habían cumplido realmente su deseo? No importaba. En sus labios se dibujó una suave y genuina sonrisa, lejos de parecer fingida, una mentira como todas las que ofrecía a los demás. Su hermano era especial, las sonrisas que Vincent le obsequiaban a su vez eran sinceras, al menos, la mayoría. — Gil... —Rompió el silencio con su susurro. Se incorporó, dejó atrás el árbol y caminó hacia su él, permaneciendo a un escaso paso de su hermano. Juntó ambas manos detrás de su espalda y se inclinó ligeramente hacia el frente. — Eso debería preguntar yo, Nii-san... ¿Me necesitas para algo? Normalmente vienes solo cuando debes preguntarme algo. —Lejos de molestarse por ello, Vince realmente se alegraba de los escasos momentos que podía pasar en compañía de su hermano. — ¿No deberías estar con tú querido amo? —Pronunció de nuevo. ¿Un reprocho? ¿Un memorándum? Era complicado entenderlo. — Yo solo vine a tomar aire... —Respondió con calma, con una felicidad casi infantil por tener ante él a su hermano. ¿Por qué estaría allí? ¿Qué necesitaría preguntarle? Eso no importaba, sabía cómo manejar esas situaciones, como fingir no recordar. Solo lo quería a él cerca suyo en aquél momento. Entrecerró sus ojos de colores diferentes y mantuvo su vista fija en él, enderezándose mientras su sonrisa seguía danzando en sus labios. Lo había calmado, su presencia había tranquilizado su inquieto corazón, su dolor se había visto minorado, por el momento.
Vincent Nightray- Dueño del ojo del infortunio
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Re: Illusion of a cruel joke [Priv. Vincent]
Vio como el cambio se había plasmado en todo el ser de aquel chico rubio al escucharle. Incluso el kitsune, agudo, pudo decir que podía ver cierta emoción en la actitud de aquel chico de ojos bicolor en los cuales estaba clavada su mirada. Cabe decir que, cuanto más fijada estuviera la imagen de la persona de la que se creaba la ilusión en la víctima, más realista resultaba dicho espejismo. ¿O acaso no es algo más real en tus manos cuanto más tiempo lo posees cerca de ti? Algo que no está contigo, aunque será real en otra perspectiva, desde la tuya sólo lo será por un mero acto de fé. Aquello era lo mismo… la victima vería a la persona escogida tal y como la ve, por ello es más real la ilusión… mas no por ello fuerte o tangible. De hecho… si aquel chico le tocaba, probablemente sentiría el cambio de texturas de los ropajes que la chain llevaba en comparación con la ropa de aquel chico de oscuro y rizado cabello que aparentaba ser a ojos del de largo y rubio cabello.
La sonrisa de Shin se desvaneció con tanta suavidad como llegó, únicamente para parpadear en medio de un fingido gesto de sorpresa que, a pesar de lo natural que pudo llegar a verse, realmente no había sorprendido al poseedor de aquel cabello rojizo. – Pensé que estarías aún en tu habitación –fue su único comentario mientras desviaba a un lado su rostro, mas interiormente el travieso zorro estaba sonriendo, ladino y cruel. Realmente aquel chico que tenía enfrente debía de apreciar a aquel en el que se estaba reflejando su imagen. - Ah… eso sonó como si fuera un aprovechado, Vincent –le espetó, mas sin llegar a lo arisco, mientras fruncía su ceño en una suave mueca de desagrado. Realmente… actuar era divertido~ ¿hasta cuándo podría seguir esa pequeña farsa~? Oh, ese chico acaba de mencionar a aquel extraño niño rubio. Bueno… no le quedaba más que hacer que proseguir con su actuación hasta que la ilusión se rompiera y el telón cayera. ¿Llegaría a ser capaz de destrozar a realidad de aquel chico de largo cabello antes de que volviera a la verdadera realidad? - Oz… estaba ocupado –fue su única respuesta a aquello mientras dejaba que su ceño se frunciera más, algo extraño, para qué mentir, en el kitsune. Casi se le hizo dificultoso y todo.
Claro que… ahora la chain tenía un pequeño problema: al parecer ese tal Gil iba a ver a su hermano sólo para preguntarle algo, ¿no? Entonces… ¿qué podría preguntarle? A pesar de la gran ocasión que se le presentaba para obtener información del lugar y de la época donde había aparecido…tenía la dificultad de hacer que sus preguntas concordaran con aquel hombre de azabache cabello que tenía que imitar. Entonces… ¿cuánto tiempo tendría para reflexionar aquello?
La sonrisa de Shin se desvaneció con tanta suavidad como llegó, únicamente para parpadear en medio de un fingido gesto de sorpresa que, a pesar de lo natural que pudo llegar a verse, realmente no había sorprendido al poseedor de aquel cabello rojizo. – Pensé que estarías aún en tu habitación –fue su único comentario mientras desviaba a un lado su rostro, mas interiormente el travieso zorro estaba sonriendo, ladino y cruel. Realmente aquel chico que tenía enfrente debía de apreciar a aquel en el que se estaba reflejando su imagen. - Ah… eso sonó como si fuera un aprovechado, Vincent –le espetó, mas sin llegar a lo arisco, mientras fruncía su ceño en una suave mueca de desagrado. Realmente… actuar era divertido~ ¿hasta cuándo podría seguir esa pequeña farsa~? Oh, ese chico acaba de mencionar a aquel extraño niño rubio. Bueno… no le quedaba más que hacer que proseguir con su actuación hasta que la ilusión se rompiera y el telón cayera. ¿Llegaría a ser capaz de destrozar a realidad de aquel chico de largo cabello antes de que volviera a la verdadera realidad? - Oz… estaba ocupado –fue su única respuesta a aquello mientras dejaba que su ceño se frunciera más, algo extraño, para qué mentir, en el kitsune. Casi se le hizo dificultoso y todo.
Claro que… ahora la chain tenía un pequeño problema: al parecer ese tal Gil iba a ver a su hermano sólo para preguntarle algo, ¿no? Entonces… ¿qué podría preguntarle? A pesar de la gran ocasión que se le presentaba para obtener información del lugar y de la época donde había aparecido…tenía la dificultad de hacer que sus preguntas concordaran con aquel hombre de azabache cabello que tenía que imitar. Entonces… ¿cuánto tiempo tendría para reflexionar aquello?
Shin Shiranui- Chain
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Re: Illusion of a cruel joke [Priv. Vincent]
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¿Alguna vez escucharon el dicho que "El amor es ciego"? Para aquél de dorados cabellos, solo existía una persona en el mundo lo suficientemente valiosa como para hacer cualquier cosa por él y ese era, sin lugar a dudas la persona que en aquél preciso instante tenía frente a sus ojos. ¿Cómo olvidar que Gilbert siempre había estado con él en su infancia? Que había soportado el frío del invierno y había robado, pero que siempre había permanecido a su lado. ¿Cuántas veces no habría deseado abandonarlo? Sin duda, su vida habría sido mucho más sencilla si jamás hubiera decidido proteger a su hermano menor. Su hermano mayor había sido siempre tan amable, tan gentil y bondadoso... Y a su vez tan cruel y despiadado. Lo amaba, su amor era genuino o al menos, eso era lo único que en su mente seguía repitiéndose. Seguramente Gil sabía de aquella obsesión que sentía el menor por él y, realmente no importaba si Gilbert lo odiara o le deseara muerto, seguiría amándolo, solo a él, sin importar lo que hiciera. Pero, ahora, él estaba ante sus ojos, por primera vez en años sus deseos habían sido realizados, aunque si aquél deseo fuera egoísta, aunque supiera que a Gilbert no le hacía ninguna gracia el ir hacia la mansión de los Nightray, porque, en el fondo a él no le gustaba ese lugar, porque para Gil la única persona existente era su amo. Aun así, a él eso no le importaba en lo más mínimo. Cerró sus orbes bicolor y sonrió con alegría.— No paso todo el día allí, Nii-san... Pero es bueno que haya salido, Padre y Madre adoptivos siguen en la mansión, no te habrían dejado ir si habrías entrado. —Y tenía razón ¿Cierto? Porque su hermano poseía a Raven y, el orgullo de los Nightray los impulsaba a quererlo mantener cerca, aunque fuera un hijo adoptivo. ¡Eran repugnantes! Pero, le habían dado la posibilidad de reunirse con él y eso, era suficiente. Los utilizaría, al igual que ellos habían utilizado a su hermano por tener desde hacía cien años atrás un contrato firmado con una de las cinco cadenas.
Parpadeó ante aquellas palabras. ¿Acaso no era siempre así? Gilbert se acercaba a él solo cuando algo le sucedía, cuando se sentía perdido. ¡Aun así no le importaba! ¡Ser necesitado por él era lo que más deseaba!. Rió con suavidad, volviendo a enderezarse y con ello, volvió a fijar sus orbes bicolor en las doradas cuencas contrarias.— No me importa que Nii-san lo sea, estoy feliz que hayas venido. ¿Qué pasó? ¿Mad Hatter volvió a decirle algo a Gil? —Aquél molesto sombrerero era el único que se atrevía a infundir extrañas ideas en la mente de su hermano, era el único que le impedía seguir adelante con su vida, el único que le empujaba a recordar aquello que el tanto había intentado mantener escondido, porque, Gilbert no necesitaba recordar, porque él estaba bien así como estaba. ¿Oz estaba ocupado? Pero, si él estaba allí, debía ser por una buena motivación, en caso contrario no habría dejado a su amo y de ello, Vincent estaba seguro. Pero había algo más en sus expresiones ¿Qué buscaba su hermano allí? ¿Algo no iba bien? Pero ¿Qué importaba? Gilbert era el único capaz de sacar genuinas sonrisa en los labios de aquél chico, su presencias a él bastaba.— Deberíamos darnos prisa, para que puedas volver al lado de tú querido amo. ¿No es así, Hermano? —Siempre y que aquél hombre fuera feliz, aunque fuera al lado de Oz Vessalius, para Vincent era suficiente y si bien cualquiera podría pensar que realmente sintiera celos de aquella relación tan cercana de esos dos, su alegre sonrisa y despreocupada voz era lo suficiente para dejar entender que, efectivamente, así no era. Solo le agradaba saber que el otro se sintiera feliz. Era su derecho, después de todo lo sucedido. Suavizó su sonrisa y lo siguió observando, solo a escasos centímetros del otro. ¡No había nadie que le impidiera estar cerca de su hermano! ¡No había nadie en medio de ellos! En aquél momento, era suyo.
Parpadeó ante aquellas palabras. ¿Acaso no era siempre así? Gilbert se acercaba a él solo cuando algo le sucedía, cuando se sentía perdido. ¡Aun así no le importaba! ¡Ser necesitado por él era lo que más deseaba!. Rió con suavidad, volviendo a enderezarse y con ello, volvió a fijar sus orbes bicolor en las doradas cuencas contrarias.— No me importa que Nii-san lo sea, estoy feliz que hayas venido. ¿Qué pasó? ¿Mad Hatter volvió a decirle algo a Gil? —Aquél molesto sombrerero era el único que se atrevía a infundir extrañas ideas en la mente de su hermano, era el único que le impedía seguir adelante con su vida, el único que le empujaba a recordar aquello que el tanto había intentado mantener escondido, porque, Gilbert no necesitaba recordar, porque él estaba bien así como estaba. ¿Oz estaba ocupado? Pero, si él estaba allí, debía ser por una buena motivación, en caso contrario no habría dejado a su amo y de ello, Vincent estaba seguro. Pero había algo más en sus expresiones ¿Qué buscaba su hermano allí? ¿Algo no iba bien? Pero ¿Qué importaba? Gilbert era el único capaz de sacar genuinas sonrisa en los labios de aquél chico, su presencias a él bastaba.— Deberíamos darnos prisa, para que puedas volver al lado de tú querido amo. ¿No es así, Hermano? —Siempre y que aquél hombre fuera feliz, aunque fuera al lado de Oz Vessalius, para Vincent era suficiente y si bien cualquiera podría pensar que realmente sintiera celos de aquella relación tan cercana de esos dos, su alegre sonrisa y despreocupada voz era lo suficiente para dejar entender que, efectivamente, así no era. Solo le agradaba saber que el otro se sintiera feliz. Era su derecho, después de todo lo sucedido. Suavizó su sonrisa y lo siguió observando, solo a escasos centímetros del otro. ¡No había nadie que le impidiera estar cerca de su hermano! ¡No había nadie en medio de ellos! En aquél momento, era suyo.
Vincent Nightray- Dueño del ojo del infortunio
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Re: Illusion of a cruel joke [Priv. Vincent]
Ese muchacho, a ojos del kitsune, le resulta absurdamente estúpido. ¿Tan loco estaba ese chico por su hermano? Cualquiera diría que, para aquel chico de rubios cabellos, aquel que Shin había adoptado su figura, claramente a ojos de contrario, era su único motivo para vivir. ¿Ridículo? Por supuesto, y más para alguien como el zorro… él comprendía eso demasiado bien. De ahí que, su mero juego que había empezado por entretenimiento, se volviera cada vez más en la mente del de largos cabellos avinados como un reto que cumplir… como darle un pellizco a un ser dormido para que volviera a la realidad. La vida no era fácil, y tener a alguien a tu lado no hacía que todo fuera de color rosa… aunque a la vista sí pudiera llegar a ser así.
¿Así que no le habrían llegado a dejar salir de la mansión? ¡Eso era cómico! Muy cómico. Le gustaría verse en una situación así, únicamente por genuina curiosidad y diversión. Incluso llegó a voltear su rostro hacia la mansión que, en ese momento, estaba situada tras su espalda, y por puro teatrillo dejó escapar un sutil suspiro, aunque lo suficiente notorio para que aquel que tenía a escasos centímetros de su persona. Aunque no tardó demasiado en volver a dirigir su mirada rasgada, pero perfectamente oculta bajo la ilusión de unos ambarinos orbes, hacia el rostro contrario, aunque al escuchar aquel comentario su ceja se arqueó sin poder evitarlo, y al darse cuenta, esperó que efectivamente ese fuera un gesto que, o bien pasara desapercibido, o fuera habitual de aquel chico al que estaba imitando…o algo así. – Eso fue cruel por tu parte, Vincent – le recriminó, volviendo inmediatamente su rostro a una dura expresión. Realmente le acababa de llamar aprovechado ¡y seguía sonriéndole! No creo que eso fuera a aceptarlo de manera tan simple cualquiera. Y de hecho…en el caso de que no fuera así…tenía un pequeño as escondido en su manga… aunque en su verdadera manga del amplio kimono que poseía sólo hubiera la telaraña de hilos rodeando sus brazos. Una de sus colas se agito con suavidad, en una delicada onda plateada que, por supuesto, el joven de mirada bicolor no pudo percibir. Y aquellas últimas palabras del contrario hicieron que su sonrisa interior se ensanchara, malévola y divertida. Si… utilizaría ese as por mero capricho de reírse a costa de ese chico.
Cruzó sus brazos en un suave gesto aunque su rostro siguiera mostrando una máscara de dureza y seriedad, y dejó que su ceño, aunque complicado, se frunciera más para mostrar el desagrado que habían mostrado esas palabras sobre él… ups, perdón~ sobre aquel tipo que del que estaba actuando.- Deja de referirte así hacia él, Vincent –y dejó que su voz se tornara agria al mencionar el nombre ajeno. Ah~ que curiosas eran las reacciones de alguien que sufría por un trato no agraciado hacia ellos~ realmente, en el interior del kyuubi, su sonrisa se iba ampliando más y más, casi a llegar a una intimidante y retorcida sonrisa.- ¿No puedo venir aquí para distraerme? Ya son ganas de que me irriten allí y aquí –porque, por supuesto, aquel pelinegro del que actuaba de algún lugar tendría que surgir si no vivía en aquella mansión. ¡Más claro agua! Y tras eso, dejó que su mirada, no sin antes más y clavarse momentáneamente en el contrario, se desviara a un lado mientras dejaba que su lengua chasqueara con suavidad, imitando así un gesto de desagrado y molestia. ¿Cómo reaccionaría aquel chico ante la ‘ira’ de su querido y adorado hermanito~?
¿Así que no le habrían llegado a dejar salir de la mansión? ¡Eso era cómico! Muy cómico. Le gustaría verse en una situación así, únicamente por genuina curiosidad y diversión. Incluso llegó a voltear su rostro hacia la mansión que, en ese momento, estaba situada tras su espalda, y por puro teatrillo dejó escapar un sutil suspiro, aunque lo suficiente notorio para que aquel que tenía a escasos centímetros de su persona. Aunque no tardó demasiado en volver a dirigir su mirada rasgada, pero perfectamente oculta bajo la ilusión de unos ambarinos orbes, hacia el rostro contrario, aunque al escuchar aquel comentario su ceja se arqueó sin poder evitarlo, y al darse cuenta, esperó que efectivamente ese fuera un gesto que, o bien pasara desapercibido, o fuera habitual de aquel chico al que estaba imitando…o algo así. – Eso fue cruel por tu parte, Vincent – le recriminó, volviendo inmediatamente su rostro a una dura expresión. Realmente le acababa de llamar aprovechado ¡y seguía sonriéndole! No creo que eso fuera a aceptarlo de manera tan simple cualquiera. Y de hecho…en el caso de que no fuera así…tenía un pequeño as escondido en su manga… aunque en su verdadera manga del amplio kimono que poseía sólo hubiera la telaraña de hilos rodeando sus brazos. Una de sus colas se agito con suavidad, en una delicada onda plateada que, por supuesto, el joven de mirada bicolor no pudo percibir. Y aquellas últimas palabras del contrario hicieron que su sonrisa interior se ensanchara, malévola y divertida. Si… utilizaría ese as por mero capricho de reírse a costa de ese chico.
Cruzó sus brazos en un suave gesto aunque su rostro siguiera mostrando una máscara de dureza y seriedad, y dejó que su ceño, aunque complicado, se frunciera más para mostrar el desagrado que habían mostrado esas palabras sobre él… ups, perdón~ sobre aquel tipo que del que estaba actuando.- Deja de referirte así hacia él, Vincent –y dejó que su voz se tornara agria al mencionar el nombre ajeno. Ah~ que curiosas eran las reacciones de alguien que sufría por un trato no agraciado hacia ellos~ realmente, en el interior del kyuubi, su sonrisa se iba ampliando más y más, casi a llegar a una intimidante y retorcida sonrisa.- ¿No puedo venir aquí para distraerme? Ya son ganas de que me irriten allí y aquí –porque, por supuesto, aquel pelinegro del que actuaba de algún lugar tendría que surgir si no vivía en aquella mansión. ¡Más claro agua! Y tras eso, dejó que su mirada, no sin antes más y clavarse momentáneamente en el contrario, se desviara a un lado mientras dejaba que su lengua chasqueara con suavidad, imitando así un gesto de desagrado y molestia. ¿Cómo reaccionaría aquel chico ante la ‘ira’ de su querido y adorado hermanito~?
Shin Shiranui- Chain
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